ovnis

domingo, 2 de enero de 2011

El Fenómeno OVNI

                                                               El caso Roswell


El caso Roswell como uno de los acontecimientos ufológicos más importantes, es considerado como el suceso que comenzó la historia de la ufología moderna.

La secuencia de los hechos se inicia el 2 de julio de 1947 con la aparición furtiva de un objeto volador no identificado en las inmediaciones de Roswell y la cercanía de su base aérea.

En la noche del viernes 4 de Julio, William Mac Brazel que era el administrador del rancho Foster, situado entre Roswell y la ciudad de Corona en Nuevo México, escucho un fuerte estruendo en medio de una tormenta eléctrica. A la mañana siguiente Brazel monto su caballo y salio a inspeccionar una bomba de agua, por el camino en una zona de un kilómetro descubrió restos esparcidos de un material de aspecto metálico que cuando se doblaba, este se volvía a enderezar espontáneamente. A pesar de que los pedazos eran extremadamente finos, no se alteraba con el calor, ni se quemaba y tampoco se podía romper. También encontró unos extraños trozos que denomino como “Viguetas en I" que tenían grabados extraños símbolos como jeroglíficos.
El domingo 6 de Julio Brazel en compañía de su vecino Dee Proctor, regreso al lugar y cargo algunos restos en su camioneta para posteriormente dirigirse con el sheriff George A. Wilcox para reportar su hallazgo. El sheriff Wilcox al pensar que se tratara de un avión accidentado dio aviso a la base área de Roswell y pronto se trasladaron oficiales militares.

El personal militar que se presento estaba compuesto por el Coronel William Blanchard, el Mayor Jesse Marcel y Sheridan W. Cavitt un agente de contraespionaje. Tan pronto como el sheriff Wilcox exhibió algunas muestras del material, entrevistaron a Brazel y por orden del Cnel. Blanchard, el Mayor Marcel y el agente de contraespionaje escoltaron de regreso a Brazel al lugar del incidente. Como los caminos estaban intransitables (no habían sido pavimentados aun) llegaron cuando ya anochecía. Mientras tanto el Coronel Blanchard notificó al comando superior y procedió a enviar las muestras al aeropuerto militar de Fort Worth para su examen.

A la mañana siguiente del día lunes 7 de Julio, Brazel en compañía del Mayor Marcel y el agente de contraespionaje, llegaron a bordo de un jeep al lugar del accidente. El campo de escombros, como lo describe el Mayor Marcel, tenía 1,2 Km. de largo y entre 60 y 90 m. de ancho. “Nosotros procedimos a recoger las piezas. Muchas de ellas tenían números y jeroglíficos, difíciles de leer. Nada del material estaba quemado. Trate de quemar el metal pero era imposible encenderlo. Se parecía al papel de estaño de un paquete de cigarrillos. Traté de hundirlo con un mazo de 16 libras y no lo logré”.
En su libro Crash at Corona, Friedman recoge el testimonio del Mayor Marcel: “Los restos estaban esparcidos por una superficie inmensa. No eran de algo que se hubiese estrellado o hubiese estallado al chocar con el suelo. Eran de algo que explotó mientras volaba a gran velocidad. Mi opinión como experto en aviación es que aquello no era un globo meteorológico ni un avión ni un misil”.

Los dos hombres cargaron en la parte trasera del jeep todos los trozos que pudieron, dejando una gran cantidad de ellos. En el viaje de regreso a Roswell, Marcel se detuvo en su casa para enseñar algunos de los restos a su esposa y a su hijo.
Mientras tanto, en el pueblo ya se había corrido la noticia del curioso hallazgo y durante la tarde la emisora local KSWS intenta transmitir un anticipo extraoficial de los sucesos a las agencias de noticias mediante la red de teletipos pero la transmisión es bloqueada presuntamente por el FBI.
Temprano del día 8 de Julio, el Coronel Blanchard ordenó que se aislase la zona y envió un grupo de soldados y policías militares al rancho, se procedió a una búsqueda minuciosa por toda la zona. De vuelta a Roswell cerca del mediodía y por orden del Coronel William Blanchard, el oficial de la oficina de Relaciones Publicas el Teniente Walter Haut, emitió el comunicado de prensa “La Fuerza Aérea había recuperado los restos de un plato volador”; la noticia trasciende a través del operador Frank Joyce de la radio local KGFL llegando al servicio de noticias de United Press y atrayendo así la inmediata atención de la prensa nacional e internacional sobre el suceso. El anuncio ocuparía la primera plana de los titulares del Daily Roswell Record y sería reproducido por los principales diarios de la costa oeste.
Mientras tanto con la zona del hallazgo bajo control militar, el resto del material recuperado es enviado por orden del Coronel Blanchard con el Mayor Marcel en un B-29 a Wright Field (actual base de Wright-Patterson), en Ohio, haciendo escala en el cuartel general de la 8a. Fuerza Aérea, en Fort Worth (Texas).

Desde Washington el General Clemence McMullen ordena telefónicamente al Coronel Thomas DuBose en Fort Worth los pasos a seguir. Cuando el Mayor Marcel aterrizó en Fort Worth, el comandante de la 8va.Fuerza Aérea, el Gral. Roger M. Ramey le dijo que no comentase nada, que él se hacía cargo del asunto. Irving Newton, el meteorólogo de la base, llevó al lugar de los hechos unos trozos de un globo meteorológico y de un reflector de radar, hecho de hoja de aluminio y varillas de madera.

El Gral. Ramey se retracto y argumento a los medios de comunicación, que en realidad se trataba de un globo metereológico y el Mayor Marcel se mostró a los cronistas y fotógrafos con los trozos de un globo meteorológico y de un reflector de radar. La nueva versión de la historia fue emitida a las 17 horas, demasiado tarde para los periódicos, excepto para la última edición de Los Ángeles Herald Express. El subtítulo decía "El general cree que se trata de los fragmentos de un radar meteorológico".

De esa forma, los militares desmentían lo que habían afirmado pocas horas antes. ¿Por qué cambiaron su primera versión? ¿Qué había pasado?.
Hallazgo de cadáveres extraterrestres

De regreso al día 8 de julio de 1947, ahora con apoyo aéreo, es localizado un segundo sitio de escombros en el rancho Foster. La curiosidad parece haber movido a un grupo de civiles, entre los que se cuentan estudiantes, arqueólogos y el ingeniero civil Barney Barnett.

Desafortunadamente para los militares quienes eran guiados por aire, antes que las tropas, llegaron los civiles por casualidad al segundo lugar del accidente, quienes descubrieron un objeto metálico en forma de disco, de 7 a 9 metros de largo y en sus cercanías algunos cadáveres de lo que Barnett describió como de tipo humanoide, de 1,2 metros de alto, con cabezas grandes y cuerpos delgados.

Cuando el ejército finalmente llegó al lugar del choque, se asombraron de encontrar civiles en la escena, y los testigos son claramente advertidos por los militares sobre la necesidad de mantener reserva sobre un hecho que compete a la seguridad nacional, fueron juramentados y se les dijo que era su deber patriótico mantener silencio.

Más tarde el coronel Blanchard llegó al sitio y ordenó que los cadáveres y los escombros del objeto fueran trasladados en camiones a la base de Roswell donde las circunstancias obligarían a las autoridades militares a involucrar a otros civiles en el conocimiento de los hechos.
El contratista de servicios fúnebres de la base, Glenn Dennis es requerido telefónicamente para la provisión de urgencia de féretros de medidas inusualmente pequeñas y más tarde para asesorar sobre el tratamiento químico de cadáveres en estado de descomposición.

Las tareas de acondicionamiento de los cadáveres en la morgue del hospital de la base adonde han sido trasladados compromete entre otras personas a un enfermera conocida de Dennis al tomar contacto directo con los cadáveres asistiendo a los responsables médicos. Es a través de ella que Dennis finalmente comienza a conocer horas mas tarde por primera vez lo ocurrido incluyendo una descripción de los misteriosos cadáveres.

La operación militar secreta iniciada en Roswell continuaría con el posterior traslado de los cuerpos, conservados bajo frío y de los restos del objeto recuperado, en avión a la Base de Forth Worth y posteriormente a la base aérea de Wright Field en Dayton, Ohio. Para ser sometidos a exámenes que eventualmente incluirían sus autopsias.

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